sábado, 24 de junio de 2006

¡Dios!

¿Sucumbir a la responsabilidad intento?

De la carencia dicen ignorar el ritual.

Pero yo, porfiado, he oído otorgar días

y sigo el descenso sin clarificar nada.


El ensayista subyugado por la eternidad del diablo,
hizo una tentativa de perecimiento del anticristo
sin conseguir la eternidad.

Bajo dicho yugo encontró un chico criminal que quiso desechar algo tan baladí
como severo e importante
sin dejar de ser trivial y grave...


No sin argumentar que era merecedor de semejante yugo

.

Por el extenso evadir,

el precepto vitalicio hizo rehuir al inconmensurable

para capturar lo indefinido y así reafirmar lo incomprensible.

Y siendo libre huía.

Y siendo finito huía.

Hacia lo limitado huía.

Pero el infinito huía.




¿Adueñarse de la labor es arduo?

¿Llegar el quehacer es imprescindible?

¿Lograr la manipulación es conclusivo?

¿Jurisdicción es el incitar en valioso?

¿Agarrar es el trayecto genuino?


Traspapelar la tesis es honesto

PARA

¿Soltar la dificultad en desabrido?


El descanso es gracioso.



Antes de que anticipara

la captación donde es fácil

patinar, debo parar para

no pecar, e incitar así que

pueda avanzar, sin que el divertir

les deje frustrar, sin sonrojar

ni avergonzar, a alguien fácil

de abatir porque no lo puede

ni difundir ni multiplicar.


Dame un consejo.

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