lunes, 26 de junio de 2006

Certezas

No quiero creer que la cosa sea así.
Y es indefectible. Es así.
Pero como me niego a creerlo
y por lo tanto no lo creo
resulta que no es así.
¿Quien va a contradecirme?
Si aunque sepan que es así
son los primeros interesados en que no se sepa.
Luego, la cosa NO es así.

sábado, 24 de junio de 2006

¡Dios!

¿Sucumbir a la responsabilidad intento?

De la carencia dicen ignorar el ritual.

Pero yo, porfiado, he oído otorgar días

y sigo el descenso sin clarificar nada.


El ensayista subyugado por la eternidad del diablo,
hizo una tentativa de perecimiento del anticristo
sin conseguir la eternidad.

Bajo dicho yugo encontró un chico criminal que quiso desechar algo tan baladí
como severo e importante
sin dejar de ser trivial y grave...


No sin argumentar que era merecedor de semejante yugo

.

Por el extenso evadir,

el precepto vitalicio hizo rehuir al inconmensurable

para capturar lo indefinido y así reafirmar lo incomprensible.

Y siendo libre huía.

Y siendo finito huía.

Hacia lo limitado huía.

Pero el infinito huía.




¿Adueñarse de la labor es arduo?

¿Llegar el quehacer es imprescindible?

¿Lograr la manipulación es conclusivo?

¿Jurisdicción es el incitar en valioso?

¿Agarrar es el trayecto genuino?


Traspapelar la tesis es honesto

PARA

¿Soltar la dificultad en desabrido?


El descanso es gracioso.



Antes de que anticipara

la captación donde es fácil

patinar, debo parar para

no pecar, e incitar así que

pueda avanzar, sin que el divertir

les deje frustrar, sin sonrojar

ni avergonzar, a alguien fácil

de abatir porque no lo puede

ni difundir ni multiplicar.


Dame un consejo.

viernes, 23 de junio de 2006

Vacio


Me gusta el vacio.
Me gusta el silencio.
¿Por qué lo lleno todo?
¿Por qué hago tanto ruido?

lunes, 12 de junio de 2006

Excesos

El exceso de algo que te gusta nunca te hará tanto daño como su ausencia.
Eso no significa que no te haga daño. Pero sarna, con gusto, no pica.

viernes, 2 de junio de 2006

"El vientre del arquitecto"

Siempre me gustó aquella escena en que el arquitecto va al medico y cuando este le pregunta como es el dolor que siente en lugar de explicárselo le enseña unos dibujos. Habría sido más gracioso con un músico y una flauta pero hubiera resultado menos "trascendente". El sentido del humor de Greenaway tiene sus límites.
Esto es lo que yo siento: