sábado, 13 de diciembre de 2008

Col, garbanzos, flatulencias y arte.

Un artista es alguien
que se tira un pedo
y espera que
el resto de la humanidad
aplauda.

Al principio se desconcierta
cuando eso no ocurre.

Más tarde se percata
que todo el mundo se pede...
...y siempre huele mal.

Pero en el fondo cree
que sus pedos huelen bien
porque es especial,

no porque los pedos propios siempre lo hagan.

Y aunque se desconcierta
porque unos pocos se extasían
cuando huelen sus pedos.

E, incluso, alucina
cuando alguien paga una fortuna
por poseer los restor de olor
que puedan quedar
en unos canzoncillos sin lavar

de alguien singular.

Cree que él es un elegido.
Que todo el mundo se muere por oler sus pedos...

Es el momento de la demencia senil
porque ya ha llegado a una edad.

Porque ha pasado el tiempo
y no se ha percatado
que sólo hay unos pocos elegidos
cuyos pedos huelen a rosas.

Y las rosas
no son rosas,
no son rosas,
¡¡¡no son rosas!!!

Son una fragancia
que entusiasma a la multitud.

Y ese frenesí
no depende de la alimentación
del productor.

Eso resultaría sencillo.

¿Col o garbanzos?
No lo sé.
¡Si lo supiera!

¿Qué?

¡Seguiría tirandome los mismos pedos!

Si eres un garbancero
que vive en una época de col
sigue con tus flatulencias leguminosas.
Algún dia alguien aspirará
y tocará el cielo
mientras huele tus calzoncillos.

Pero habrás muerto.

1 comentario:

Nikté dijo...

Jo
¿Tendré que morir?

Bueno, con tal que alguién recuerde en su memoria olfativa
mis olorosos y extraordinarios pedos...

Jajaja

Me encantas