jueves, 11 de agosto de 2011

Tengo miedo

Hace tiempo que me indigné.

No podía entender como personas inteligentes,

como son nuestros dirigentes,

se perdieran en un juego de ajedrez

y olvidaran que no era un juego,

sino una guerra.

Pero eso ya pasó

ya no estoy indignado

me he acostumbrado a esa situación.

Porque a todo se acostumbra uno

si tiene voluntad.

Pero la verdad desagradable asoma

que diría el poeta

y ahora es obvio que no es un juego.

Porque el futuro no se ve.

-forzando la vista se ve negro-

"Cinco millones de parados"

son muchas personas que no tienen nada.

Y nada es NADA.

Y no es una ficción como el hambre en Somalia

que está allí.

Es el hambre AQUÍ.

Y no pasará mucho tiempo

antes de que mi vecino

me robe las naranjas que he dejado en el rellano

mientras subo el resto de la compra

o que yo se las robe a él.

Y cuando sisarnos entre vecinos no sea sufiente

porque ni el vecino ni yo

tendremos nada que sisar,

saldremos a la calle

a robarle el bocadillo a quien se despiste.

-quien lleva un collar de diamantes

ni se despista, ni va por la calle-

Y cuando ya nadie lleve bocadillo

porque será un lujo del pasado,

a punta de navaja,

atracaremos a alguien

por una tarjeta del metro

que revenderemos para comprar una bolsa de pipas.

Y la calle será infernal

la calle ya no será la calle

será la selva donde los pijos podrán practicar slumming

habiendo dejado los diamantes en casa

y llevando un par de tarjetas de metro

por si los atracos.

No hay comentarios: